Los tholos, situados fuera de los muros del palacio, están constituidos de bloques de piedra apoyados unos sobre otros en forma anular, y dispuestos en saledizo hasta el vértice superior, formando un arco triangular de descarga. Estos bloques se cubrían luego enteramente con tierra, con la sola excepción del pasillo de acceso llamado dromos.
El tholos de Atreo, construido en el siglo XIV a. C., está compuesto por dos cámaras a las que se accede a través de un dromos de 36 metros de largo. La segunda cámara alberga un antiguo osario. Un dintel de piedra de 9 metros de largo, que pesa cerca de 120 toneladas, se alza en la entrada. A este monumento se denomina también Tumba de Agamenón, pues se creía que allí estaba enterrado el legendario rey de Micenas. Sin embargo, su construcción precede en más de un siglo a la época de la guerra de Troya, lo cual descarta esta teoría.
Teatro de Epidauro. Construido por Policleto el Joven a fines del siglo IV a. C., este teatro posee una acústica excepcional: el menor sonido es percibido con una increíble nitidez. Los actores accedían por dos pasillos laterales o paradoi. Detrás de la orquesta, el espacio donde se desarrollaba la representación, se erigen los vestigios de la skene, o sala de recepción principal, que servía tanto a los actores para cambiar de atuendo como de decorado, y el proskenion o escenario secundario. Hoy día, el teatro sirve de marco al festival de arte dramático antiguo.
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