lunes, 21 de enero de 2008

Nueva Pinacoteca de Munich




El domingo 20 de enero estuvimos con Rorik y Bruno en la Nueva Pinacoteca de Munich llevando con nosotros nuestros libros, audioguías y una cámara de fotos. Durante tres horas disfrutamos de esta completa colección que abarca épocas y estilos desde el Clasicismo y el Romanticismo alemanes hasta la pintura simbolista, impresionista y post-impresionista.
En La señora Thomas Hibbert, obra que el inglés Thomas Gainsborough pintara hacia 1786, el fondo y la figura se unen gracias a una atmósfera de luz y color. Los suaves tonos del paisaje se repiten en el vestido y los accesorios de la mujer como forma de integrar la figura humana con la Naturaleza. Gainsborough se inspiró aquí, como en tantas de sus pinturas, en los principios iluministas de Jean Jacques Rousseau y en la obra literaria del novelista y poeta escocés Henry Mackenzie.






Italia y Alemania, de Fredrich Overbeck (1828), es un ejemplo del estilo y tema de los "Nazarenos", un grupo de jóvenes artistas alemanes que se trasladaron a Roma con el fin de revivir los ideales de belleza renacentistas. A pesar de rechazar los principios academicistas, se percibe claramente la influencia de Rafael y Dürer, a quienes el grupo consideraba sus Maestros. La obra es una alegoría de la unión entre Alemania e Italia. La joven de la izquierda, de cabellos castaños y corona de hojas de olivo, es Italia. La joven de la derecha, de cabellos rubios y corona de flores, respresenta a Alemania. Como fondo, hacia la izquierda, una iglesia de la campiña italiana y, hacia la derecha, una catedral de estilo gótico. Las dos figuras entrelazan sus manos en señal de amistad y armonía.








Joseph Anton Koch nació en el seno de una familia de campesinos tiroleses.
Con Schmadribachfall (1821) desarrolló lo que él mismo definió como paisaje heróico de contenido romántico en un formato neoclásico. En su búsqueda de armonía entre el hombre y la naturaleza, Koch relacionó los conflictos dramáticos humanos con los paisajes naturales en sus diversos aspectos: bosques, colinas, llanuras, precipicios, riachuelos y cascadas. Trató el paisaje a gran escala y al mismo tiempo con notable detallismo. Estuvo conectado al grupo de los nazarenos, cuyo interés en la pintura italiana de principios del Renacimiento y los temas religiosos él compartía. Koch ejerció una importante influencia en pintores más jóvenes como Ludwig Richter, cuya obra El Watzmann -en alusión a una de las montañas de los Alpes austíracos- también se exhibe en la Nueva Pinacoteca de Munich.







Los retratos y testimonios de sucesos contemporáneos eran los géneros predominantes en la época del rey Ludwig I de Baviera (entre 1825 y 1848). Gran amante, coleccionista y promotor del arte, en la ceremonia de colocación de la primera piedra de la Nueva Pinacoteca declaró: "El arte no debe ser considerado como un lujo. Forma parte de todos los aspectos de la existencia, se entremezcla en la vida y donde no hay arte no hay vida propiamente dicha. Mis grandes artisas son mi orgullo y mi gozo. Cuando el trabajo de los hombres de estado ya se haya desvanecido, las creaciones de los grandes artistas seguirán deleitando e inspirando."
El retrato de Johann Wolfgang von Goethe fue encargado por el rey Ludwig I a Joseph Stieler en 1828. El trozo de papel que el poeta retratado sostiene en la mano muestra las primeras líneas de un poema que el rey había escrito en 1818. La mirada vuelta hacia un lado sin establecer una comunicación directa con el espectador, le otorga al personaje cierto distanciamiento digno de un poeta que para la época ya era célebre.










Othon I de Grecia entrando en Nafplio, Peter von Hess, 1835

Luego de su guerra de independencia, Grecia se se hundía en una anarquía. Las potencias que habían colaborado en su lucha contra el Imperio Otomano: Rusia, Francia y Gran Bretaña, decidieron que era necesaria una monarquía hereditaria para conservar el orden político. Finalmente se optó por Othon de Baviera, segundo hijo del rey Ludwig I, quien desembarcó en Grecia en enero de 1833 acompañado por 3.500 soldados bávaros. Este es el tema de esta obra de Peter von Hess, perteneciente al género épico-histórico.







Alrededor de 1800 se formó en Dresden un importante círculo de escritores románticos-Schelling, los hermanos Schlegel, Novalis, Tieck y Wackenroder- cuyas obras se inspiraban en la colección de pinturas de la ciudad y en su bello paisaje, y algunos de los cuales participaron en discusiones sobre las artes visuales. De entre los pintores activos en Dresden, el más importante es Caspar David Friedrich. Su arte se caracteriza por un sentimiento religioso, muy extendido entre los primeros románticos, y su nacionalismo, que se había visto alentado por el conflicto militar y político entre Alemania y Francia. Sus paisajes son producto de una visión simbolista del mundo más que de la simple observación. Sus cuadros transmiten la convicción de que la majestuosidad de la Naturaleza es casi inalcanzable para el Hombre, al punto de hacer desaparacer la figura humana de algunas de sus obras, como en Vasto paisaje montañoso con niebla ascendente (1819).






William Turner es una figura clave del romanticismo inglés. En sus obras retrata el poder incontrolable de la Naturaleza a través de catástrofes, hundimientos y fenómenos naturales de gran magnitud. Para Turner, como para la mayoría de los románticos, el paisaje natural es un reflejo de los estados emocionales del Hombre. Su desarrollo de la técnica del óleo y la acuarela -que le permitió difuminar los contornos diluyendo la materia hasta volver los objetos vagamente reconocibles- y sus estudios de la luz, inspiraron a los Impresionistas y al movimiento abstracto contemporáneo.




Tanto para Honoré Daumier como para Eugène Delacroix, el teatro era una fuente de inspiración. En El melodrama (1860), el representante del realismo francés bosqueja al público de espalda o de perfil como una masa humana informe y oscura, en tonos grises y ocres, cuyos rostros absortos semejan caricaturas. La luz se enfoca sobre la intérprete femenina que, además, ocupa el lugar central del cuadro. Aquí el tema no es la obra teatral en sí misma sino la relación de ésta con el público. Los actores en su intensidad dramática parecen irradiar luz, mientras que los rostros del público sólo la reflejan. Delacroix descubrió a Shakespeare durante un viaje a Londres en 1825, donde se representaba Ricardo III. Después, en París, vio una representación de Hamlet y concordó entusiasmado con Victor Hugo en su Préface de Cromwell: "Shakespeare es drama, drama que combina en una inspiración única lo grotesco con lo sublime, lo terrible con lo absurdo, lo trágico con lo cómico".


Delacroix muestra en La Muerte de Ofelia (1838) su admiración por Shakespeare. Aquí representa la muerte de Ofelia tal como se la describe en la escena 7 del cuarto acto de Hamlet: "Hay un sauce que crece a traves de un arroyo, reflejando sus canosas hojas en el cristal de la corriente: allí llegó, con fantásticas guirnaldas de ranúnculos, ortigas, velloritas, y esas largas purpúreas que los licenciosos pastores llaman con nombre más grosero, pero que nuestras castas doncellas llaman dedos de muerto. Allí al trepar sobre las ramas salientes para colgar sus coronas de hierbas, un maligno mimbre se rompió, y sus trofeos vegetales y ella misma cayeron al lloroso arroyo. " A diferencia de Daumier, Delacroix utiliza el blanco no como luz irradiada por por su heroína, sino como forma de representar la locura y la muerte. En el tratamiento de la pincelada, la figura apenas se distingue del fondo, como si en ese instante formara parte del elemento líquido y vegetal que la rodea.









Arnold Böcklin fue un pintor suizo encuadrado dentro del movimiento simbolista. Su obra El juego de las olas (1883) está basado en la impresión que la familia del zoólogo marino Anton Dohrn produjo en el artista cuando se bañaban juntos en el Golfo de Nápoles. Böcklin introdujo en esta obra una dimensión mitológica a la vez que cierto humor y erotismo. Varios de sus temas están teñidos de una gran imaginación con tonos de simbolismo cuya interpretación permanece abierta y descontextualizada, incluso puede parecer inquietantemente enigmática.


El movimiento impresionista se caracteriza por sus escenas de la vida cotidiana realizadas al aire libre. Entre los impresionistas se encuentran Monet, Pissarro, Renoir y Sisley. Regidos por los mismos principios del color, la luz y la experiencia directa de la escuela de Barbizon, los Impresionistas llegaron a la conclusión de que era necesario utilizar una paleta de tonos más claros y luminosos sin mezclar, y evitar el uso de grises en las sombras. A través de la pincelada corta lograban una mezcla óptica de los colores en lugar de la clásica mezcla en la paleta.

En Nenúfares (1915), Monet muestra parte del estanque que había incorporado al jardín de su casa de Giverny. Esta obra, que forma parte de una serie de pinturas decorativas a gran escala, es un buen ejemplo del tratamiento del color y la pincelada impresionistas.




Manet se diferencia de los impresionistas en el tratamiento de los grises y en la pincelada más 'uniforme'. Su obra se encuentra en el límite entre el Impresionismo y el Realismo, ya que su mayor preocupación es la sustancia y la textura de sus modelos -flores, vidrios, telas y personas- que casi parecen reales. Sus figuras humanas muestran una elegancia exterior combinada con cierta melancolía característica de la alta burgueía parisina de la segunda mitad del siglo XIX. Almuerzo en el estudio (1868) combina los géneros de la escena de interior y del retrato. El joven es Léon Leenhoff-Koella, hijo ilegítimo de Manet, con cuya madre, Suzanne Leenhoff, el artista se casaría posteriormente.


Aunque Vincent Van Gogh, Paul Cézanne y Paul Gauguin tuvieron 'fases' impresionistas, son considerados post-impresionistas por su rechazo a ciertas limitaciones de este movimiento, como el deseo de reflejar fielmente la naturaleza. Los post-impresionistas continuaron utilizando colores vivos, pinceladas cortas cargadas de materia y temas de la vida real, pero agregaron a todo ello más emoción, subjetividad y expresividad.





Cézanne se interesó principalmente por las formas geométricas y la visión del modelo desde diversos ángulos, convirtiéndose en antecesor de los experimentos del cubismo. En El talud del ferrocarril (1870) Cézanne muestra las consecuencas del progreso técnico en la era moderna. Lejos de presentarlo como una alabanza a la máquina, divide el cuadro en dos mitades separadas por una profunda 'herida' en la tierra, por donde estarían fijadas las vías. La casa de la izquierda con aparente rostro humano observa hacia la dirección del tren, mientras que la montaña del fondo -su primera representación de Mont St-Victoire, cerca de Aix-en-Provence-, parece ajena al mundo civilizado. Cézanne eligió para el fondo tonos azules que armonizan con los colores del cielo, tal vez haciendo alusión, a través del color, a la brecha cada vez más profunda que el progreso técnico abrió entre el Hombre y la Naturaleza.









Gauguin, en un intento por conseguir la capacidad comunicadora del arte popular, se centró en la representación a base de superficies planas y decorativas, como se aprecia en la obra El nacimiento de Cristo (1896). Con la inscripción en lengua polinesa 'Te tamari no atua' ('Hijo de Dios'), Gauguin conmemora el nacimiento del hijo que tuvo con Pajura, una mujer de Tahití que Gauguin había tomado como esposa. El niño murió unos días más tarde. Ya en algunas de sus obras anteriores habían aparecido referencias a temas cristianos.





Van Gogh se aproximó a la naturaleza con vigorosas pinceladas coloristas, evocadoras de las emociones internas del artista. Su experimentación subjetiva preludió el movimiento expresionista. Creó Jarrón con girasoles (1888) junto con otros cuadros similares para decorar su casa de Arles y las habitaciones de sus amigos Paul Gauguin y Émile Bernard, cuya llegada esperaba con gran ilusión. Van Gogh tenía pensado también utilizar cuadros de girasoles para los paneles laterales de un tríptico cuyo panel central estaría compuesto por su obra La Berceuse de 1889. Bajo el pincel de Van Gogh, los girasoles se convierten en el símbolo de su culto al sol y al color amarillo, admirablemente revalorizado por el fondo azul claro. Color amarillo que Van Gogh descubrió en Arles y que se tranformaría desde entonces en su predilecto a pesar de ser uno de los colores más difíciles de manejar por su gran intensidad y sus pocos matices.





Max Liebermann es una de las figuras más importantes del Impresionismo alemán. En su búsqueda de una conexión con la naturaleza, se vio inspirado por la pintura holandesa del siglo XVII, la escuela de Barbizon y el Impresionismo francés. Su obra está consagrada a retratar campesinos y gente perteneciente a la burguesía urbana o a las clases obreras industriales. Su obra El jardín de la Cervecería en Munich, de 1884, está directamente inspirada en un cuadro similar de Menzel, y claramente influenciada por la tradición realista holandesa y por el cuadro de Manet Música en los jardines de las Tullerías, de 1862. En 1920 Liebermann -de origen judío-, fue elegido presidente de la Academia de Berlín, hasta que en 1933 el gobierno nazi lo forzó a presentar su dimisión. Perseguido y proscripto, muere en su Berlín natal dos años más tarde.



La Música (1895) del artista vienés Gustav Klimt está inspirada en la decoración de jarrones de la Grecia clásica. Klimt usó la cítara y las ramas de vid para representar dos ramas -la apolínea y la dionisíaca- que se unen en esta alegoría de la música. Es probable que este cuadro, de 37 x 44,5 cm, fuera un boceto para una segunda versión de formato más grande. Estaba destinada a servir de sobrepuerta parta la sala de música de la casa del industrial vienés Dumba, que fue destruida en 1945.









El título y el tema del cuadro Cierro la puerta tras de mí (1891) del artista belga Fernand Khnopff, fueron tomados del poema "Who Shall Deliver Me" de Christina Rossetti, hermana del pintor pre-rafaelita Dante Rossetti:

I lock my door upon myself,
And bar them out; but who shall wall
Self from myself, most loathed of all?


If I could once lay down myself,
And start self-purged upon the race
That all must run ! Death runs apace.


Khnopff toma de los pre-rafaelitas las características femeninas de rasgos fuertes y cabellos rojizos color fuego. Sus mujeres parecen hechizadas o hipnotizadas, idea que se refuerza con la figura de Hipnos -dios griego del sueño- sobre el fondo, a la derecha de la figura central. En esta obra uno puede sentir la falta de vida alrededor de la mujer, tanto en las flores marchitas, la madera resquebrajada y la falta de colores vibrantes. Al igual que en "La Muerte de Ofelia" de Delacroix, las ropas de la mujer parecen confundirse con el fondo, como si el individuo desapareciera en su entorno, tal como ocurre también en varias obras del pintor pre-rafaelita Burne Jones, a quien Khnopff había conocido en Londres.



En Cansados de la vida (1882) el pintor simbolista nacido en Berna, Ferdinand Hodler, representa el desaliento de la vida a través de cinco ancianos vestidos con túnicas blancas y sentados uno al lado del otro con sus cuerpos vencidos. A pesar de compartir un mismo espacio, están solos, pues no existe comunicación física o visual entre ellos. Sus cuerpos planos y sin color se asemejan en todo, excepto en los rasgos fisonómicos descriptos con sumo detalle. Esta obra preludia la serie de Hodler sobre la enfermedad, agonía y muerte de su amante Valentine Godé-Darel.