lunes, 6 de julio de 2009

Atenas 2009

Inaugurado en 1891, el Museo Arqueológico Nacional de Atenas posee una amplia colección de arte griego, expuesto por orden cronológico en sus amplias e iluminadas salas, dando una idea de su evolución estilística a través de los siglos. La exposición comienza con las estatuillas cicládicas, continúa con la edad de bronce y los periodos arcaicos y clásicos, y finaliza con las colecciones de arte helenístico y romano.




La máscara de Agamenón: máscara funeraria del siglo XVI a.C. totalmente cincelada en oro. Los objetos de la Edad de Bronce constituyen la mayor parte de la colección de arte micénico. Provienen principalmente de grandes regiones de la Argólida, especialmente Micenas, Mesenia, Laconia y Ática. Fueron encontrados principalmente en tumbas. Los preciados obsequios funerarios de las tumbas reales excavadas por H. Schliemann en Micenas al final del siglo diecinueve, son especialmente asombrosos. Schliemann pensó haber encontrado la máscara del legendario rey de Micenas, Agamen, pero investigaciones posteriores descartaron esta teoría.












En torno al año 3000 a.C. surgió en las islas Cícladas una civilización marinera y comercial, gracias a la cual entraron en contacto diferentes pueblos asentados en las riberas del mar Egeo. De la mano de esta civilización afloraba también un arte original, especialmente significativo en el terreno escultórico.
Las célebres esculturas conocidas como “ídolos cicládicos” y las cerámicas llamadas “sartenes”, son probablemente manifestaciones artísticas de naturaleza religiosa, en relación con el culto a la divinidad femenina de la Diosa Madre, garante de la fecundidad, un culto de origen Neolítico.
Otras opiniones sostienen que los ídolos pueden ser representaciones de ninfas y héroes, y también se ha visto en ellas a la divinidad dadora de vida, ya que la posición de los brazos sobre el vientre sugiere dicha idea. Se cree también que pudieron haber servido como amuletos de protección en el tránsito al más allá.






La más conocida y singular expresión del arte cicládico la constituyen las numerosas estatuillas de mármol procedentes de las necrópolis. Estos ídolos representan, en su mayoría, figuras femeninas. Durante la etapa final del Cicládico Antiguo, el modelo más representativo es el de “figuras de brazos cruzados”. El esquematismo de la figura se mantiene, aunque hay un especial interés por señalar los caracteres sexuales, los senos y el triángulo púbico, a partir del cual se traza una línea gruesa hacia abajo que marca la separación de las piernas. Las cabezas suelen ser ovales y alargadas, y en muchos casos aparecen inclinadas hacia atrás, sólo señalándose en ellas el tabique de la nariz. Las piernas a veces muestran una ligera flexión de las rodillas.







Hacia fines del Cicládico Antiguo aparece una variedad de figuras con una tendencia más naturalista. A este periodo pertenecen los “músicos”, algunos aparecen sentados y otros de pie. Estos poseen una base sobre la que mantenerse. Estas esculturas son más gruesas y rotundas que los ídolos femeninos. El arpista de Keros forma parte de una serie de figuras masculinas que representan a hombres tocando distintos instrumentos musicales. Pertenece a la etapa final del Cicládico Antiguo (3100 al 2000 a.C.) en la que se puede apreciar una tendencia más naturalista, con más volumetría, en comparación con otras figuras como los ídolos de brazos cruzados, de formas más geométricas y esquemáticas.









Las sartenes eran piezas de cerámica oscura y de forma lenticular, que han sido interpretadas como recipientes de tipo ritual. Algunos creen que pudieron haber servido, rellenas de agua, como espejos. La relación entre el espejo, el agua y la muerte, podría explicar la función de estos extraños objetos que eran decorados con espirales (símbolos de las ondas de agua) o con primitivas embarcaciones.




Ánfora de Dipylon: de estilo geométrico, data del siglo VIII a.C. Representa los funerales de una mujer cuyo cuerpo está rodeado de dolientes. El vaso está recubierto de meandros y grecas dispuestas en franjas. Las formas humanas y animales se adaptan para encuadrar en el contexto de formas abstractas. Aparece el ciervo que pasta y la cabra que descansa, además de una escena de acción humana. El tema se relaciona con la muerte, como conviene a la finalidad del vaso, puesto que este era el tipo de vaso destinado a guardar líquidos en las tumbas de las mujeres.
Las figuras de perfil se utilizaban especialmente en el arte narrativo, como el de este vaso, puesto que las mismas debían vincularse entre sí a partir de una determinada actividad. La cabeza y las piernas se representan de perfil y el torso de frente, todavía bajo la influencia del arte egipcio.
















Koré Phrasikleia
, por Ariston de Pharos y Kouros, tamaño natural, de alrededor del año 550 a.C. Hallado en Merenda, en Ática, en 197
2.

Las koré y los kouroi eran estatuas monumentales que representaban mujeres jóvenes vestidas y hombres jóvenes desnudos. Eran representaciones idealizadas cuya pose muestra una clara influencia de la escultura egipcia. Sin embargo la célebre "sonrisa arcaica" las diferencia de las serias y monumentales esculturas egipcias.

Este kouroi del primer periodo arcaico ha sido representado con su pierna izquierda hacia adelante, sus brazos rectos a los costados, sus puños cerrados apoyados apenas sobre los muslos. Es una escultura donde prima la frontalidad y el hieratismo. Todo el pelo está trabajado.





El Diadúmeno de Policleto. Esta escultura es representativa del estilo clásico en escultura. Tanto el Doríforo (Joven con lanza) como el Diadúmeno (Joven ciñéndose la cinta de vencedor), del mismo escultor, representan un paso evolutivo respecto a lo que se venía dando hasta entonces.

El Apolo Onfalo presentaba un giro de la cabeza hacia la dirección del pie firme, consiguiéndose así un equilibrio en todo el cuerpo entre los miembros relajados y los tensos. El brazo derecho colgaba suelto junto a la pierna tensa, mientras el otro brazo estaba en tensión. A su vez, el Apolo Onfalo representaba un cambio con respecto a la etapa preclásica de, por ejemplo, el Efebo Critio, en que éste descargaba el peso del cuerpo sobre la pierna izquierda, mientras que el Apolo Onfalo lo hacía sobre la pierna derecha.

En el Doríforo y el Diadúmeno este equilibrio es evidente y mucho más marcado. Ambos descargan su peso sobre la pierna derecha y desplazan el pie izquierdo hacia atrás apoyando únicamente los dedos. El torso presenta una ligera inclinación hacia su lado derecho y la cabeza gira hacia esa misma dirección junto con una ligerísima inclinación. Ambos están caminando, a diferencia del Apolo Onfalo y el Efebo Critio que se encontraban en reposo.

El Diadúmeno es una copia helenística del bronce original de Policleto. Esta actitud de ceñirse la cinta de vencedor es propia de un atleta victorioso. Esta estatua presenta una mayor libertad de construcción que el Doríforo, la cabeza más inclinada y ambos brazos levantados y separados en acción. Los pies aparecen ligeramente más separados para equilibrar la separación de los brazos. El Diadúmeno es menos rígidamente intelectual y programático que el Doríforo, lo cual sugiere que se trata de una obra más tardía de Policleto.


Nota: La copia mejor conservada del Doríforo de Policleto se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, cuya imagen presentamos aquí, a la derecha.






Escultura en bronce de Zeus. Segundo cuarto del siglo V. Una de las pocas esculturas en bronce halladas en el fondo del mar gracias a un naufragio que la mantuvo intacta (la mayoría de las esculturas en bronce fueron robadas y fundidas, conociéndose actualmente las copias de periodos posteriores, especialmente de copistas romanos). Este original en bronce es una escultura en tamaño natural, con barba, desnudo y dando una zancada. El brazo izquierdo aparece extendido hacia adelante y el derecho hacia atrás, en ademán de arrojar un arma. Se trata casi con seguridad de Zeus arrojando un rayo. El torso aparece de frente y la cabeza más o menos de perfil. Esta frontalidad y doble dimensionalidad es característica de las estatuas clásicas de acción e inherente al carácter narrativo que las vincula con la escultura de frontones.






Grupo escultórico de Afrodita, Pan y Eros. Mármol. Año 100 a.C. Se trata de una de las representaciones más conocidas y características de la diosa Afrodita asediada por el dios Pan. El grupo se sostiene sobre su original base cuadrada, que contiene una inscripción votiva. La diosa desnuda intenta esconder su pubis mientras ahuyenta al juguetón dios Pan con su sandalia. El pequeño Eros se cierne sobre su hombro, agarrando juguetonamente el cuerno de Pan en un intento de ayudar a su madre a evitar a la criatura molesta.

Esta composición es típica de la etapa helenística del arte griego. El equilibrio clásico basado en el respeto del individuo dentro de la estructura de la polis se terminó con el gigantesco imperio de Alejandro Magno, que abarcaba territorios tan diferentes y alejados como Persia y Egipto, llegando hasta las puertas de la India. Todas estas culturas influyeron en el arte griego colaborando en la aparición de un nuevo estilo y de nuevos temas. Comenzó a aparecer el retrato personalizado, la exaltación del héroe, la representación de niños y de mujeres desnudas vehículo de amor erótico. Aparecen temas de dolor y de derrota, así como temas alegres y pintorescos. La escultura asumió una forma más suelta, con más movimiento en los cuerpos, en los cabellos, con posturas ya no equilibradas sino en desequilibrio y tensión, con una marcada propensión a la teatralidad. De hecho a este grupo de Afrodita, Pan y Eros se lo compara con obras de estilo barroco-rococó, muy posterior, cuyas características principales han sido la teatralidad y el dramatismo.






Kilix de figuras rojas: El kilix servía en la Antigüedad como copa de vino. La técnica de figuras rojas Invierte en términos el procedimiento de la cerámica de figuras negras. Se trazaba la silueta de la figura y se cubría con engobe negro el fondo, de manera que las figuras se destacan sobre este fondo oscuro en forma de siluetas claras. El artista utiliza pincel y no buril para delimitar las formas y para los detalles interiores, con posibilidades expresivas muy superiores, ya que es posible variar el espesor de las líneas dando así idea de volumen y modular el color del negro al marrón hasta el amarillo para los detalles. La cerámica de figuras rojas está formada por dos escenas independientes desde el punto de vista temático, pero vinculadas en cuanto a lo formal. No hay una separación clara entre ambas, el paisaje se continúa para unir la escena.


















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