lunes, 13 de julio de 2009

Atenas 2009


El arte clásico griego, aplicado a la arquitectura, la escultura y la cerámica, se caracteriza por partir del concepto de la forma perfecta. El artista expresa plásticamente todas las potencialidades del ser humano ideal, aspira a la perfección física en concordancia con la perfección espiritual, puesto que en la filosofía griega la belleza, el bien y la verdad forman parte de un mismo concepto. El griego no intentaba imitar la naturaleza, sino tomar de ella sus mejores aspectos para luego organizarlos de acuerdo a parámetros de orden, equilibrio y armonía.




Propíleos: acceso a la Acrópolis

La arquitectura de la Acrópolis de Atenas es el ejemplo más acabado del arte clásico griego que se desarrolló en el siglo V, el llamado Siglo de Pericles. Este siglo fue también el de las grandes tragedias de Sófocles y Eurípides y el de la filosofía de Sócrates.
Pericles fue un estadista ateniense que logró unir a todas las polis griegas contra un enemigo común, los persas, a quienes vencieron en las llamadas Guerras Médicas. Pericles decidió reconstruir la Acrópolis y para ello encargó al escultor Fidias y a los arquitectos Calícrates e Ictino, su reconstrucción. Allí se erigieron el Partenón, los Propíleos, el Erecteión y el templo de Atenea Niké.

Partenón



Detalle del friso que representa la Centauromaquia. La mayoría de las metopas esculpidas del Partenón se encuentran en el British Museum de Londres.

Construido entre el 447 y el 432 a. C, el Partenón era el templo dedicado a la diosa Atenea Partenos, protectora y defensora de la ciudad.
El templo griego no era un lugar de reunión de fieles, como en la actualidad, sino la casa de la divinidad. Dentro del templo se ubicaba la estatua de culto y las ofrendas dedicadas al dios mientras que el ritual se practicaba al aire libre, en un altar para sacrificios ubicado sobre el lado oriental. El templo siempre se orientaba de este a oeste, por eso al salir de los Propíleos uno se encuentra con la parte posterior del templo y no con la entrada principal.

Para construir un edificio perfectamente proporcionado, los arquitectos como Fidias, relacionaban todas las dimensiones con una medida llamada módulo, que correspondía con el diámetro de la columna del edificio a construir. El orden dórico era el utilizado en los grandes templos. En el orden dórico, las columnas eran de diez a doce módulos de altura. La impresión general que produce es de severidad masculina, austeridad y sobriedad. La columna dórica no tiene base, se apoya directamente sobre la plataforma del templo y el capitel es de forma cuadrangular, muy simple.

El Partenón fue construido con ocho columnas de frente y 17 de lado. Totalmente realizado en mármol a pesar de la dificultad de su traslado y el costo de su utilización. Los griegos pintaban sus templos en colores rojos y azules, a veces incluso doraban parte de la superficie. Las metopas (la parte lisa del friso) estaban esculpidas en todo el perímetro del templo.

El tema de estas esculturas de metopas era la historia de Atenas: desde el nacimiento de Atenea, el establecimiento del orden por los dioses en la Gigantomaquia, la reafirmación del orden y el triunfo contra sus enemigos en la Amazonomaquia y la Centauromaquia, la Guerra de Troya y por fin, la exaltación de la polis ateniense con su gran fiesta cívica en el friso de las Panateneas (primera vez que se representa una procesión de fieles en un santuario).
Para el interior del templo, Fidias había creado una escultura criselefantina de Atenea de doce metros de altura (Se denomina criselefantina a la escultura compuesta por una estructura de madera recubierta de marfil y oro).






Erecteión: última de las grandes construcciones emprendidas por Pericles en la Acrópolis, este templo ocupa el lugar donde, según la mitología, la diosa de la sabiduría, Atenea, y el dios de los mares, Posidón, se disputaron la supremacía sobre el Atica. Allí estaba enterrado Erecteo, hijo de Poseidón, y otros héroes y reyes legendarios a quienes se veneraba desde la antigüedad. La planta del Erecteión es un rectángulo con tres pórticos distribuidos en los lados este, norte y sur. El más interesante es el Pórtico de las Cariátides, en el que las columnas han sido reemplazadas por estatuas de jóvenes doncellas ataviadas con largas túnicas. Sobre la cabeza sostienen un cesto que hace las veces de capitel y sirve de apoyo al arquitrabe. El cuello ha sido reforzado con una gruesa trenza que cae sobre los hombros mientras que todas la doncellas fueron representadas con una pierna adelantada, la derecha o la izquierda según se encuentren a uno u otro lado del eje central del pórtico. Existe en este edificio una absoluta armonía entre arquitectura y escultura.





El teatro nació en Grecia ligado a la vida religiosa. Sus antecedentes más remotos se encuentran en el culto a Dionisos, dios del vino y de la embriaguez mística.

El teatro de Dionisos, que se encuentra en la ladera sud-este de la Acrópolis, fue el primer teatro de Grecia. Allí se representaron las obras de Esquilo, Sófocles y Eurípides. El auditorio, con espacio para unas 17 mil personas, se componía de 78 gradas, cada una con un ahuecamiento para los pies de los espectadores de la fila superior. Más tarde, los romanos utilizaron el teatro griego como arena para el combate de gladiadores.


Teatro de Herodes Atticus. Este teatro romano, capaz de albergar a 5 mil espectadores, sigue siendo utilizado hoy día. Construido por el cónsul Herodes Atticus entre los años 161 y 174 de nuestra Era, en memoria de su esposa, este monumento fue tallado en piedra sobre la ladera sud-oeste de la Acrópolis. La orquesta semicircular situada delante del escenario fue revestida con mármol azul y blanco en los años 1950. Detrás de la escena, una columnata albergaba una estatua de cada una de la 9 musas.



Vista de Atenas desde la Acrópolis


Vista de Atenas desde la Acrópolis







Vista del Templo de Zeus desde la Acrópolis


domingo, 12 de julio de 2009

Atenas 2009

El término micénico designa la civilización de la Edad de Bronce tardío que se expandió en Grecia del siglo XVIII al XII a. C. Los aristócratas de Micenas se hacían enterrar en tumbas de tiro o tumbas de corredor, tales como el círculo real A o, más tarde, en las tumbas tipo tholos (colmena, en griego).
El círculo real A contiene seis fosas de sepultura que albergaban 19 cuerpos. Los objetos de oro descubiertos en estas tumbas están expuestos en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.








Los tholos, situados fuera de los muros del palacio, están constituidos de bloques de piedra apoyados unos sobre otros en forma anular, y dispuestos en saledizo hasta el vértice superior, formando un arco triangular de descarga. Estos bloques se cubrían luego enteramente con tierra, con la sola excepción del pasillo de acceso llamado dromos.

El tholos de Atreo, construido en el siglo XIV a. C., está compuesto por dos cámaras a las que se accede a través de un dromos de 36 metros de largo. La segunda cámara alberga un antiguo osario. Un dintel de piedra de 9 metros de largo, que pesa cerca de 120 toneladas, se alza en la entrada. A este monumento se denomina también Tumba de Agamenón, pues se creía que allí estaba enterrado el legendario rey de Micenas. Sin embargo, su construcción precede en más de un siglo a la época de la guerra de Troya, lo cual descarta esta teoría.





La puerta de los leones fue erigida en el siglo XIII a. C. al levantarse el muro que rodeaba al Círculo Real A. Debe su nombre a los leones esculpidos sobre el dintel.




Teatro de Epidauro. Construido por Policleto el Joven a fines del siglo IV a. C., este teatro posee una acústica excepcional: el menor sonido es percibido con una increíble nitidez. Los actores accedían por dos pasillos laterales o paradoi. Detrás de la orquesta, el espacio donde se desarrollaba la representación, se erigen los vestigios de la skene, o sala de recepción principal, que servía tanto a los actores para cambiar de atuendo como de decorado, y el proskenion o escenario secundario. Hoy día, el teatro sirve de marco al festival de arte dramático antiguo.



sábado, 11 de julio de 2009

Atenas 2009



























El Ombligo del Mundo. Según la leyenda, Zeus dejó dos águilas libres en las dos extremidades del mundo, y sus trayectorias se cruzaron justo encima de Delfos, marcando el ombligo (ónfalos, en griego) del mundo. Por eso aquí se construyó el templo de Apolo y se convirtió en la sede del oráculo que los peregrinos consultaban desde el siglo VIII a.C. por motivos públicos y privados. (El original se encuentra en el Museo de Delfos)









El último Templo de Apolo fue construido sobre el monte Parnaso entre el año 373 y el 340 a.C. en estilo dórico, disponía de seis columnas en el frente y quince en los lados.
Se accedía mediante tres escalones. La parte meridional se apoyaba sobre una muralla, que a su vez descansaba en una terraza inferior sostenida por un muro poligonal. Sobre esta terraza, entre otros edificios, se encontraba probablemente la sede de la Pitia, la sacerdotisa que respondía en nombre de Apolo. En la sala subterránea del templo (el ádyton) estaba ubicado el omphalos u ombligo del mundo. De allí se supone que surgía el agua de la fuente Castalia (en nombre de una ninfa), en la que sacerdotisa de Apolo se purificaba antes de anunciar sus profecías.












Marmaria y tolos. Al sur del templo de Apolo se levanta el santuario de Atenas Pronaia. A su lado se encuentra el tolos edificado a comienzos del siglo IV a. C. rodeado de un peristilo dórico de veinte columnas. Aunque se desconoce la función que este edificio cumplía, se presume que el tolos, construcción de planta redonda abovedada y rodeada de una columnata, era un edificio funerario que representaba la morada del Hades y estaba dedicado a los huéspedes del mundo subterráneo.
















La pieza más famosa del Museo de Delfos es el Auriga, escultura en bronce de la talla de un hombre, que fue encargada por Polyzalos, príncipe griego de Sicilia, para conmemorar la victoria de su auriga en los Juegos del año 478 a.C. Formaba parte de un grupo escultórico compuesto por cuatro caballos, el auriga sobre el carro sujetando las riendas, un guerrero y un mozo de cuadra. El auriga aparece casi inmóvil en su posición erguida, con los pies juntos, el peso del cuerpo distribuido de forma uniforme y las manos hacia adelante sosteniendo las riendas. Tanto el torso como la cabeza presentan una ligera torsión hacia el lado derecho, más acentuada en la cabeza. El cabello está grabado con un diseño que aún revela el formalismo arcaico. Quedan restos de plata en la diadema y cobre en los labios. Los ojos son de vidrio de color. El rostro posee la gravedad inexpresiva de las figuras del primer periodo clásico también llamado arcaico tardío. La técnica utilizada es a la cera perdida, con el procedimiento de vaciado por secciones.











El Tesoro de los Atenienses fue edificado luego de la batalla de Marathon en el 490 a. C. y reconstruido en 1906.









jueves, 9 de julio de 2009

Atenas 2009

Consagrado a San Lucas, un eremita y sanador local, el Monasterio de Osios Loukas fue construido hacia el año 1011 por el emperador Romanós. El plano octogonal de la iglesia principal se convirtió en una referencia para la arquitectura bizantina y los mosaicos atestiguan el apogeo del arte bizantino.






Los mosaicos cumplen con las características generales de este periodo:

  • Todas las partes abovedadas están recubiertas de ricos mosaicos con fondo de oro.
  • La composición respeta la denominada Perspectiva Jerárquica, que consiste en representar las figuras proporcionadas según su jerarquía en lugar de su disposición en el espacio.
  • Los fondos dorados anulan todo intento de representación espacial tridimensional.
  • Las figuras son alargadas y no volumétricas. Sólo se logra dar una cierta idea de movimiento a través del drapeado de las ropas. No hay modulación del color ni representación de escorzos. En cambio sí se utiliza el plano rebatido.
  • Lo que interesa es la interpelación de la figura con el público, su mirada y no sus acciones. Por eso las figuras presentan una clara tendencia a la frontalidad en lugar de estar representadas de perfil en actitud de interactuar.
  • Aparece la figura del Cristo Pantocrator, es decir todopoderoso o que todo lo gobierna, encerrado en la mandorla (almendra en italiano), marco de encierro en forma elíptica que se utilizaba para representar a Cristo triunfante. En esta época desaparece la figura del Cristo bondadoso para ser reemplazada por uno severo, asociado al poder absoluto del emperador.

El nártex se encuentra dividido en dos arcos de medio punto, en tres compartimentos abovedados en arista, y abierto por las dos extremidades por dos ventanas gemelas, por encima de las cuales se encuentran dos nichos semicirculares.






El tema representado en la junta que se encuentra por encima de la ventana lateral izquierda, es la Santa ablución o lavado de pies. Cristo, vestido con túnica dorada, recubierto de una capa púrpura, está arrodillado delante de San Pedro a quien lava los pies. De cada lado de este grupo, cinco apóstoles forman un grupo compacto. El artista ha variado las actitudes y las expresiones. El tema de la santa ablución es casi tan rara como la de la incredulidad de Santo Tomás.







Sobre el muro oriental del nártex, en el tímpano de la primera arcada, se representa la Anastasis o Resurrección de Cristo (episodio del nuevo testamento en el que Cristo baja a los Infiernos para abrirle las puertas del cielo a los patriarcas). Cristo está representado de frente, de pie, vestido con una túnica blanca y una capa del mismo color. Es sólo en el drapeado donde se representa el movimiento. Con la mano derecha, Cristo planta sobre la montaña una cruz de doble travesaño, signo de redención. A la derecha, Adá n arrodillado, detrás, Eva, de pie. A la izquierda, David y Salomón, vestidos con ropa imperial.









Del lado derecho del nártex, en un nicho semiesférico, aparece representado el tema de la incredulidad de Santo Tomás, tema prestado del Evangelio de San Juan. En medio, Cristo está sentado, vestido con una túnica dorada y azul, y coronado de un halo en forma de cruz. Levanta la mano derecha donde se puede apreciar la marca de las llagas, con la izquierda muestra la herida en su costado derecho. De todo su cuerpo surg en rayos dorados. Delante de Cristo, Santo Tomás, arrodillado, mete un dedo en la llaga para comprobar que su maestro había efectivamente atravesado por el martirio. De cada lado de este motivo central, cinco apóstoles están de pie, sin halo. El artista ha intentado variar la expresión de los rostros y marcar los personajes con rasgos particulares y personales. La incredulidad de Santo Tomás es un tema raramente representado en los mosaicos bizantinos.







Por encima de la puerta de entrada que lleva a la iglesia, Cristo está representado en busto. La mano derecha señala las Sagradas Escrituras, la izquierda, escondida bajo la capa, sostiene el texto escrito en griego. Su rostro severo corresponde al Cristo Pantocrator tal como lo representa la escuela bizantina a partir del siglo once.