viernes, 16 de septiembre de 2011

Fazenda Inhotim

Gigante dobrada. Amílcar de Castro, acero cor-ten, 2002

Amílcar de Castro fue uno de los más prolíficos artistas que ha trabajado con la herencia constructiva en el escenario artístico brasileño. De Castro participó de hitos históricos del arte brasileño de posguerra, como la 2ª Bienal de Sao Paulo (1953) y la Exposición nacional de Arte Concreto (1956), además de haber sido cosignatario del Manifiesto neoconcreto (1959). En ese contexto, junto a Helio Oiticica, Lygia Clark y Lygia Pape, su arte se alejó de la rigidez racionalista del concretismo del grupo de São Paulo, profundizando una investigación más abierta a lo orgánico, a la subjetividad y a la experimentación. En el acero cor-ten, De Castro encontró un material que transmitía memoria del tiempo a la materia, de cierta manera, viva. Esta obra es uno de los ejemplares más relevantes de su producción final, cuando apunta hacia un interés inédito por figuras geométricas irregulares en contraste con los círculos, cuadrados y rectángulos que siempre lo acompañaron.








A Bica de Marepe, cable de acero y estructura de hierro, 1999

A Bica (La canaleta) establece un diálogo ejemplar entre las dos tradiciones que dan forma a la obra de Marepe: la historia del arte del siglo 20 y las prácticas populares de su contexto de origen, el Recóncavo bahiano, región donde nació y vive hasta la actualidad. El título de la obra evidencia su significado: por medio de la anexión de un instrumento de recolección al techo, se espera que las aguas de lluvia transformen la escultura en una vertiente. La posibilidad de contemplar A bica sin agua sugiere, no obstante, distintas aproximaciones a la producción dadaísta de comienzos del siglo 20, en particular con A Fonte (1917) de Marcel Duchamp, donde la colocación del objeto fuera de su contexto cultural lo deja desprovisto de función utilitaria.









Troca-troca de Jarbas Lopes, 2002

Los viajes, el compartido de experiencias, el movimiento están en constante evidencia en el trabajo de Jarbas Lopes. Troca-troca (Cambia-cambia, 2002) es una obra compuesta de tres "escarabajos" VW Sedán coloridos, con carrocerías intercambiadas entre ellos. Un equipo de audio conecta los tres coches. Con el Troca-troca, Jarbas Lopes, realizó un primer viaje, de Río de Janeiro a Curitiba en 2002. El artista invitó a ocho amigos a hacer el trayecto que culminaría con la llegada al Museo de Arte Contemporáneo de Paraná. En el camino, pegaron calcomanías producidas desde el archivo de palindromos del artista Luis Andrade, en los parabrisas de los coches que encontraban en la carretera.









Narcissus garden Inhotim de Yayoi Kusama, acero inoxidable, 2009

Yayoi Kusama es una de las artistas más importantes que surgió en Asia en el periodo posguerra y su producción establece relación con movimientos como el minimalismo, el arte pop y el feminismo. Su obra esá marcada por el uso compulsivo de motivos repetitivos ciruclares, algo que remite a las alucinaciones que la artista vivencia desde la infancia y que ella transpone a pinturas, esculturas, instalaciones, filmes y telas utilizadas en moda. Evocando el mito de Narciso, que se encanta por la propia imagen proyectada en la superficie del agua, la obra constuye un enorme espejo, compuesto por centenas de pequeños espejos convexos, que tuercen, fragmentan y, sobre todo, multiplican la imagen de aquel que la contempla, contemplándose, así, necesariamente a sí mismo.



































Magic Square nº5 De Luxe, Hélio Oiticica, 1978. Nueve paredes en mampostería, pintura acrílica, tela de alambre y cobertura con estrcutura de metal y vidrio.















Sem título. Edgard de Souza, bronce, 2000, 2002 y 2005 Agrupadas por el artista sobre una misma base elíptica de hormigón, las tres esculturas sin título de Edgard de Souza aquí reunidas son presentadas juntas por primera vez en Inhotim. Parte de una serie en bronce fundido que incluye otras piezas y fue desarrollada por de Souza a lo largo de esta década. Representan una figura masculina desnuda con base en el cuerpo del propio artista. Podrían ser consierdados típicos auto-retratos, si no fuese por la ausencia premeditada e incisiva del principal elemento de identificación de un retrato: la cara. Articulados en una elegante disposición lineal, las esculturas sugieren, en un primer momento, la lectura de un movimiento continuo, que se revela, en un examen más detallado, como fragmentado y sin una obvia relación de causa y efecto entre cada una de las poses. Estas son de tipo imposibles y abstractas, sugiriendo tanto pulsión como introspección, aunque también fragmentación y fusión de cuerpos.




























Deleite. Tunga. Hierro y cuero, 1999-2000

El artista crea su propio universo desde muy temprano, con las trenzas, los dedales y las campanas. Incansablemente cuestionó las categorías estéticas, sintió la necesidad de introducir el concepto de instauración para dar realce al estado residual procedente de los cambios en los materiales existentes. Estar frente a una de estas instauraciones es una experiencia de impacto y sobrecogimiento del orden de lo ritual, donde el magnetismo del artista se asemeja a la de un sacerdote en una ceremonia embragadora.


















Boxhead. Paul Mc Carthy, bronce, 1999-2000









Sem título. Edgard de Souza. Bronce, 1996








Waltércio Caldas. Escultura para todos os materiais não transparentes, mármol, 1985







Zhang huan. Gui tuo Bei, piedra, 2001

En la cultura china, los monumentos monolíticos cargados por una tortuga son comunes en lugares sagrados y espacios públicos, sirviendo como fuente de contextualización histórica del lugar y simbolizando poder político o religioso. La tortuga representa longevidad, resistencia y solidez, de ahí su presencia en dichos monumentos. En la obra Gui Tuo Bei (2001), Zhan Huan parte de esa tradición, mientras, al libertarla de un contexto histórico-cultural, preestablecido, amplía sus significados. El texto grabado en la piedra narra la historia de un hombre, que, pese a la edad avanzada, consigue con la ayuda de sus descendientes, mover las montañas que bloqueaban el camino de su casa. La faz del artista esculpida en la tortuga, expresa el arduo trabajo de sostener una tradición y proyectarse más allá de ella. El trabajo de Zhan Huan incluye escultura, pintura, fotografía y, principalmente, performances que exploran cuestiones conectadas al cuerpo y sus relaciones con la historia y la sociedad.

















Cildo Meireles. Inmensa, acero cor-ten, 1982-2002

Inmensa es una versión desarrollada especialmente para Inhotim de la obra homónima creada en 1982. En la presente escultura, Cildo Meireles no solamente sustituye la madera, de la cual se ha hecho la versión original, por acero, sino que también amplía considerablemente sus dimensiones, creando una nueva relación de escala tanto con el paisaje en su alrededor como con el cuerpo humano, y cambiando así la experiencia estética del observador, la obra presenta características que la acercan a la estética minimalista, como la reducción formal a elementos geométricos, el serialismo y la progresión. Sin embargo, el uso que el artista le da a ese lenguaje subvierte los preceptos del minimalismo, una vez que la obra no se resume a su forma y su materia, sino que evoca una amplia gama de significados y referencias externas, algo implícito ya en el mismo título, que se refiere no solamenta al tamaño sino a aquello que la obra representa: del latín, in mensa quiere decir en/sobre la mesa. Formada por una esctructura arquitectónica en la cual, al revés de la lógica, los elementos menores sostienen a los mayores, la obra cuestiona nociones de jerarquía y equilibrio que se pueden leer en el orden de la sociedad, de la política y de la economía.








Dan Graham. Bisected triangle, interior curve, 2002. Vidrio espejado y acero inoxidable
















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