miércoles, 30 de mayo de 2007

Berlín, ciudad de contrastes

Topografía de los terrores

Bajo el Tercer Reich, la Prinz Albrecht Strasse era la calle más terrorífica de Berlín. En 1934, tres de los más siniestros servicios políticos nacionalsocialistas instalaron sus cuarteles generales en esa misma manzana. Fue allí donde se decidió la germanización de las regiones ocupadas y el genocidio de los judíos de Europa. También allí mismo se realizaban fusilamientos y los sótanos de los cuarteles servían como salas de torturas. Después de la Segunda Guerra Mundial, los edificios fueron destruidos y parte del muro fue erigido en su lugar. Una porción de ese muro se extiende hoy día a lo largo de la exposición de fotografías históricas denominada Topografía de los Terrores.



El Museo Judío


Concebido por Daniel Libeskind, un arquitecto americano de origen judío polaco, el Museo Judío es una obra de innovación de la arquitectura del fin de siglo XX. Todo en la estructura: la planta, la disposición y el orden interior y exterior del edificio ha sido concebido para evocar la historia y la cultura de la comunicad judía de Alemania, como también las repercusiones del Holocausto. El museo presenta objetos, libros y fotografías destinados a hacer revivir los recuerdos y la dura historia de la comunidad judía en Alemania. Es por esto que Libeskind pensó en una estructura que evoca una estrella de David quebrada con sus paredes rasgadas, como heridas por las que traspasa la luz solar hacia el interior. A un costado, el jardín del exilio y la emigración está compuesto por 49 columnas que representan el año de fundación del Estado de Israel en 1948 más una por Berlín. El jardín simboliza también el exilio al que fueron obligados los judíos alemanes.

Berlín, ciudad de contrastes

El Muro


En toda la ciudad existen indicios de la sangrienta historia de Berlín. El ascenso del nazismo, la Segunda Guerra Mundial, la persecución a los judíos, el fin de la guerra y la partición de Berlín pactada en Potsdam en 1945 entre los gobiernos de la Unión Soviética, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.


El muro, sin embargo, no fue construido sino hasta el año 1961 para evitar la emigración en masa de los berlineses del este hacia el lado occidental. En 1989 cae el muro y un año más tarde Alemania se reunifica con Berlín como capital.




Dieciocho años más tarde, los turistas esperan su turno para tomarse una foto en el Checkpoint Charlie, un puesto de control entre el sector americano y el sector soviético que, entre 1961 y 1990, era el único punto de paso para los extranjeros entre las dos partes de la ciudad.

























Berlín, ciudad de contrastes

Alexanderplatz



Durante el fin de semana del 25 de mayo descubrimos Berlín, una ciudad de fuertes contrastes en un permanente proceso de reconstrucción.
Comenzamos nuestra visita en la histórica Alexanderplatz cuyo nombre le fue dado en 1805 en honor al zar de Rusia Alexander I. Allí se encuentra el Fernsehturm o torre de televisión, que los berlineses llaman humorísticamente Telespargel (telespárrago) por la extraña forma de su estructura diseñada por los arquitectos Fritz Dieter y Günter Franke. La torre, construida en 1969 del lado este de Berlín, mide 365 metros lo que la convierte en la estructura más alta de la capital alemana y una de las más altas de Europa. En su parte superior se sitúa una esfera recubierta de acero desde la que se puede observar Berlín hasta una distancia de 40 kilómetros en días despejados.
Desde lo alto se puede visualizar:


Berliner Congress Center: BCC




Convento franciscano que data de 1250 del que sólo quedaron restos después de los bombardeos de 1945.





Edificios en block del periodo comunista.





La isla de los museos o Museumsinsel rodeada por el río Spree.




Ayuntamiento Rojo o Rotes Rathaus.

También en Alexanderplatz visitamos el Reloj Mundial o Urania Weltzeituhr, una gran estructura revestida en aluminio que rota en forma constante y muestra la hora de todo el mundo. Fue diseñada por Erich John y finalizada en 1969. Para su parte superior se pensó en un llamativo diseño que imita nuestro sistema solar y sus planetas con sus órbitas, pero también recuerda a un átomo. Era un punto de reunión para los alemanes en el periodo comunista.

Muy cerca de Alexanderplatz, el Tribunal Municipal o Stadgericht es uno de los tantos edificios de Berlín en proceso de restauración. Su exterior poco llamativo contrasta con el interior bellamente diseñado en estilo Jugendstil, el Art Nouveau alemán y austríaco de finales del siglo XIX.